DIARIO

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    Día 2: Cuando la noche cae...

Querido diario...

Estoy sentada en mi cama con el ordenador en mi regazo cuando... oigo gritos a lo lejos. Abro la ventana. Todo está oscuro, a unos metros más abajo la carretera se extiende silenciosa. Los gritos se intensifican. No consigo ver nada, pero estoy asustada, no sé muy bien de qué. Una multitud se ha acumulado en la entrada de mi urbanización murmurando.

Consigo distinguir lo que dicen aquellos gritos: "Ricardo". No sé quien es.  Y al parecer nadie lo sabe, pues los vecinos que se han salido de sus casas para ver de dónde procedía aquel alboroto, parecían igual de desconcertados que yo. Entonces, un coche plateado pasa de largo por la carretera a una velocidad más lenta de lo normal. Podría alcanzar al vehículo andando si quisiera. Un chico, de unos 18 años, está asomado por la ventana con medio cuerpo fuera, casi como si estuviera de pie en el asiento del copiloto. Él es el que grita, grita "¡Joder Ricardo, no nos hagas esto, joder ¡¿dónde estás?! Ricardo, por favor!" Le están buscando, están buscando a su amigo. A las 2 de la mañana.

El coche se mete en una rotonda con el chico gritando a pleno pulmón lleno de terror. En unos minutos lo único que se oye es el silencio de la noche cayendo de nuevo . La concentración de vecinos se disuelve, vuelven a sus camas.

Cuando me alejo de la ventana estoy perturbada. Me tapo los oídos como si todavía pudiera sentir los gritos de aquel chico. Mis pensamientos siguen en Ricardo, un chico al que ni siquiera conocía. Un chico que se emborrachó o se drogó o... y se perdió de madrugada. Sus amigos buscándole desesperados. Y... y a lo mejor ni siquiera le encontrarían. ¿Qué será de aquel chico llamado Ricardo que desapareció en la noche? No lo sé. Solo sé que no puedo quitarme esa sensación de incomodidad, de que algo está mal.

A veces me pregunto por qué no soy como la gente que me rodea. ¿Por qué me tiene que gustar leer y ver películas ñoñas con mi mejor amiga? ¿Por qué no quiero emborracharme e ir de  fiesta? Sabes, "lo siento porque no me guste beber alcohol hasta vomitar, perdón porque no me guste colarme en discotecas y liarme con el primero que pase, perdón por no vestirme con ropa que ni siquiera me cubre una tercera parte de mi cuerpo. Pero sabes que, mi vida es perfecta tal y como es"

No sé que le habrá pasado a aquel coche, ni a aquel chico que desapareció, no lo sé. Pero, de verdad, tendrías que haber oído como sus amigos gritaban su nombre. Como si lo hubieran perdido realmente, como si hubiera muerto. 

Minutos antes del incidente había estado oyendo petardos en el parque de enfrente y a gente riendo y con la música a tope. No sé si tiene algo que ver con ese Ricardo, espero que no. Quisiera pensar que no :'(

No sé porque dejo que estas cosas me afecten tanto.

Besos y prometo escribirte pronto.